Este jueves se cumplieron dos meses desde que el presidente del Gobierno anunció a los españoles la declaración del estado de alarma. Una medida drástica para frenar el avance desbocado de la pandemia de la COVID-19 que ha tenido, tiene y tendrá consecuencias socioeconómicas «de una dureza sin precedentes para España, pero que en algunos lugares se verá agravada por la ausencia de políticas municipales audaces, creativas, comprometidas y de emergencia», reflexionan los concejales del PP en el Ayuntamiento de Ávila.

«Desgraciadamente, es el caso de Ávila», continúan los ediles populares, «puesto que en este periodo de tiempo el alcalde y su equipo de Gobierno han demostrado que su manera de encarar la pandemia y sus consecuencias es la inacción, la improvisación y la opacidad. Es una política que lastra la reactivación de Ávila».

El pasado 18 de marzo fue el primer día que los concejales populares registraron en el Consistorio medidas económicas para paliar los daños que el estado de alarma iba a causar en la sociedad. Unas medidas que ya se expusieron en la Junta de Gobierno Local del 13 de marzo. «Desde entonces, hemos registrado más de medio centenar de propuestas económicas y sociales, pero nos hemos encontrado con el muro amarillo. No han querido debatir, consensuar y poner en manos de los abulenses nuestras propuestas, pero tampoco exponernos las suyas en un momento complicadísimo que requiere el esfuerzo de todos».

Valoran los ediles del PP que «hay dos opciones: que el equipo de Gobierno esté esperando a que suene el despertador y todo haya sido una pesadilla, o que una manguera con dinero de la Junta de Castilla y León, del Gobierno de España o de la Unión Europea empiece a regar Ávila. Lo primero no va a pasar y lo segundo hay que repartirlo y compartirlo con otras administraciones y otros territorios. Por Ávila, donde gobierna, no hace nada por Ávila».

Recuerdan en el PP que, entre las medidas adoptadas por el Ayuntamiento en estas semanas, «la suspensión de la ORA se hizo arrastrando los pies, el luto municipal se decretó cuando se alcanzó una cifra de fallecidos arbitraria y tras reclamárselo, el aplazamiento de impuestos no es más que retrasar un problema, unos meses en el mejor de los casos, y mientras tanto, el alcalde está pensando en comprarse un coche en un momento en que no paran de cerrar negocios y de subir el paro en la ciudad».

Acerca de la supuesta incapacidad legal del Ayuntamiento para tomar ciertas medidas respecto a los tributos, los concejales que lidera Sánchez-Reyes consideran que «hay caminos dentro de la ley para establecer bonificaciones fiscales, como se está viendo en decenas de ayuntamientos de España, algunos sin salir de la provincia de Ávila, pero estamos en la política de cambiar la pelota de tejado, la política de los gestos carentes de contenido y efectividad».

Por último, los populares señalan que, aunque «se pide altura de miras y se pide arrimar el hombro, son eslóganes vacíos que salen de un partido vacío con un programa electoral vacío. ¿Quieren altura de miras para repartir desayunos que donan otros?, ¿para repartir mascarillas que donan otros cuando llevamos esperando tres semanas las que han prometido buzonear?, ¿para escribir cartas a diestro y siniestro?».